sábado, 21 de marzo de 2009

Charles Darwin



12 de febrero de 1809
– 19 de abril de 1882



Algo se ha avanzado en el conocimiento del mundo circundante, desde la visión no tan ingenua de los filósofos naturales de la Grecia clásica, hasta las profundas abstracciones de las más recientes –y controvertidas- candidatas a una teoría física unificada.Durante ese recorrido la acumulación de nuevos conocimientos ha seguido -por periodos- un ritmo pausado, mientras en puntuales momentos de viraje ha cambiado radicalmente la visión de la realidad. (Es el fenómeno de ruptura y sustitución de paradigmas al que Kuhn se refería en 1962)En esos instantes de viraje se desecharon ideas predominantes y se modificó la perspectiva con que se observaba la Naturaleza, proceso normalmente sembrado de obstáculos de todo tipo.

Esos tropiezos en los cambios de paradigmas han sido muy “violentos” en contadas ocasiones; a saber, cuando se sustituyen ideas (teorías) de “fácil” comprensión, por otras que, aunque mas ajustadas a la realidad, resultan chocantes y difíciles de digerir por su carácter antiintuitivo.Entre ellas se cuenta el tránsito desde la concepción aristotélica geocéntrica a la coperniana heliocéntrica, y el fracaso newtoniano para explicar a inicios del Siglo XX ciertas manifestaciones macroscópicas de un mundo microscópico regido por sorpresivas leyes. Fue necesario, por tanto, desarrollar toda una nueva física: la Mecánica Cuántica, profundamente antiintuitiva con su carácter probabilístico.



Medio siglo antes de esa revolución en la Física, Charles Darwin -junto a Alfred Russell Wallace- había protagonizado el mayor cambio de paradigmas en la historia de la Biología construida hasta ese momento, y, también, de toda la que esperaba por ser creada en los próximos 150 años.Lo mas avanzado en el pensamiento científico a mediados del Siglo XIX para explicar la diversidad de la vida eran las ideas de Lamarck sobre la trasmisión hereditaria de los caracteres adquiridos, las cuales casi todo el mundo entendía, pues coincidían con lo que nos mostraban a diario nuestros sentidos!!!

Darwin, como nadie hasta entonces, develó la Ciencia oculta tras la apariencia.Maravilla ver como, viviendo en un mundo que no conocía de las leyes de la genética, pudo describir adecuadamente la fuerza generadora tras los procesos evolutivos, cuyas causas primarias deberían aguardar por el advenimiento de la genética moderna para ser totalmente develadas.

Adicionalmente, desde el punto de vista socio-religioso ¡en la Inglaterra Victoriana! dejó sin lugar a Dios en cuanto a la creación y organización del mundo viviente. De hecho, derribó buena parte del componente epistemológico de la religión. Nos colocó, como humanos, en el lugar natural donde pertenecemos, develando nuestros orígenes para que, al mirar hacia atrás, evitáramos tropezar en el futuro.
Un poco más de información se puede encontrar en: www.darwin-online.org.uk/



1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno, parece que esto ya está andando....