viernes, 23 de septiembre de 2011

El planeta salvaje

El planeta salvaje (La Planète Sauvage, Francia-Checoslovaquia, 1973) es una película de animación dirigida por René Laloux, con un guion del propio Laloux y Roland Topor basado en la novela de 1957 "Oms en Serie" del francés Stefan Wul.

Póster de la película de animación "El planeta salvaje".

En el planeta Ygam habitan los draags, seres humanoides con piel azul, ojos rojos con características anfibias (sin pelo, membranas en lugar de oídos, sin párpados). En ese planeta también hay humanos (llamados oms por los draags, palabra probablemente derivada del francés hommes) que los draags (de un tamaño mucho mayor a los humanos) conservan como mascotas.
Aunque no se menciona explícitamente, en diferentes partes de la película se da a entender que los draags ya son capaces de viajes espaciales, han colonizado otros mundos, tienen una capacidad astronómica y tecnológica muy avanzada (son capaces de hacer observaciones de la Tierra con gran resolución y precisión. Como comparación hay que tener en cuenta que con la tecnología actual, los humanos no podemos ver los detalles de nuestra luna con una resolución menor a los 10 metros) y han recogido especímenes humanos para su observación científica. A lo largo de la película también nos enteramos de que los draags son espiritualmente muy avanzados: son capaces de compartir su imaginación y sus sueños, de hecho la reproducción se hace mediante meditación (hecho del que nos enteramos hasta al final), ya no se necesita el burdo soporte físico para el sexo.

Ante los draags, los humanos somos seres primitivos, sin cultura, con la inteligencia apenas suficiente para ser mascotas y entretenerlos; sin embargo, hay oms que han huido de su cautiverio y viven en estado salvaje en los parques. Esto causa molestia a los draags que realizan deshominizaciones (fumigaciones para ellos, asesinatos en masa para los humanos) periódicamente.

Juego de imaginación compartida de los draags.
Al igual que muchas otras obras de ciencia ficción, "El Planeta Salvaje" aprovecha los escenarios y las situaciones cienciaficcioñeras para resaltar algunos puntos de la comprensión y comportamiento (ya no humano, esta es una de las pocas -poquísimas- obras que reconocen que la inteligencia y la consciencia no son exclusivas de los humanos, son universales) de los seres vivos, humanos o no: los draags, a pesar de su avanzado nivel tecnológico, cultural y espiritual tratan a los oms con crueldad: los tienen en cautiverio, y cuando consiguen liberarse, los deshominizan. La historia es narrada a través de los ojos del Om Terr (juego de palabras francés que está a medio camino entre "terrestre" y "terrible"), en una de las escenas atestiguamos cómo Terr retrocede horrorizado ante la escena de la imaginación compartida de los draags.

Incomprensión tanto de un lado (los humanos piensan que los draags son monstruos) como del otro (los draags piensan que los humanos son alimañas). Ya Orson Scott Card había manejado estas ideas en su novela "La Voz de los Muertos", las especies alienígenas o simplemente extrañas entre sí, generalmente ni son agresivas ni enemigas entre sí, es solamente que tienen estándares y constantes culturales muy distintas, y sus formas de comunicación son bastante diferentes. Sí hay especies que son incompatibles, como los humanos y ciertas especies de virus: para que sobreviva una especie, se debe extinguir la otra (nota: si una especie es lo suficientemente avanzada para viajar por el espacio y entrar en contacto con otra especie, seguro tienen tecnología para modificarse genéticamente o modificar a la otra especie para poder convivir, o podrían simplemente irse a otro lado o podrían..., hay muchas otras líneas de acción aparte de una ridícula y desgastante guerrita), y al final esto es lo que hacen los draags y los oms: con la disponibilidad de una tecnología tan avanzada fabrican un satélite artificial para que ahí vivan los oms mientras los draags siguen viviendo en el planeta madre: Ygam.

No puse la reseña de la película (que por cierto, algunos llaman "corto animado", aunque dura 69 minutos; los que sepan de cine podrán decidir con más bases) porque me encontré una crónica en internet (en un sitio dedicado a la revisión de la ciencia ficción) bastante mejor de lo que yo podría hacer; así me he concentrado en hacer una crítica cienciaficcioñera.

Un ambiente surrealista y verdaderamente extraterrestre.
La película fue dirigida por René Laloux, especializado en dirigir animaciones de arte (Los Amos del Tiempo, 1982; Gandahar, 1988), aparte de pintor, guionista y amante del surrealismo, quien desarrolló el guion junto a Roland Topor (escritor y artista surrealista). Este último fue quien se encargó de crear toda la ambientación gráfica de la película: diseño de personajes, ambientación, etc.; logrando ambientes surrealistas (que realmente parecen extraterrestres) que parecen salidos de la imaginación de Salvador Dalí (1904-1989, pintor surrealista español) o Luis Buñuel (1900-1983, cineasta surrealista español).

También es de notar los dibujos de las estatuas en el planeta salvaje (satélite de Ygam destinado a la meditación de los draags) que parecen uno de los cuadros de Giorgio de Chirico (1888-1978, pintor italiano).
Estatuas en el planeta salvaje, satélite natural de Ygram.

Aunque toda la creatividad, arte y dirección se hicieron en Francia, todo el trabajo de animación, producción y posproducción se hicieron en Checoslovaquia, en los estudios Jirí Trnka por lo que tuvo  problemas muy fuertes con la censura del mundo comunista. El Planeta Salvaje, al igual que otras obras de ficción (Star Trek, entre otras), toca muchos temas sociales y culturales, pero muy sutilmente, con el velo de la ciencia ficción; así, la esclavitud de los oms ante los draags recuerdan el sometimiento del pueblo checoslovaco (checos y eslavos) ante la invasión y opresión soviética, las relaciones draags-oms y su distendimiento ante el simple hecho de conocerse y comprenderse uno al otro recuerdan las relaciones ente el bloque socialista y el bloque capitalista, la guerra fría y que todo se hubiera resuelto si la población realmente aprendiera y comprendiese a los "otros" (los americanos pensaban que los comunistas eran monstruos que comían niños mientras los soviéticos pensaban que los cerdos capitalistas americanos eran unos degenerados sin moral, más o menos como pasa ahora con los estadounidenses y los musulmanes); el clímax y final de la película es una alegoría a una propuesta de paz, de solución a las tensiones: un final muy recurrido por muchas expresiones culturales durante la guerra fría.





Draag inge y los oms malditos.
Meshiko-Tenochtitlan  23.09.2011
----------------   FIN DE TRASMISIÓN   ----------------

2 comentarios:

X dijo...

Genial, Inge!! Yo tengo hace años el soundtrack de esta peli y es buenisimo, pero nunca la había podido ver, ahora lo haré, gracias por el enlace!

Masterjoss dijo...

No conocía la película, aunque la había oído comentar, muy interesante. De hecho es lo que se me hace lógico de existir contacto entre dos razas de planetas diferentes, no ya el idioma, sino las costumbres, las creencias, los ideasles seran completamente diferentes. Tambien lo seran la forma a como llaman las cosas, su escritura (si la tienen), la forma de medir las cosas (tiempo, distancias, peso), ademas, claro, de sus diferentes tecnologias, ciencias, diversiones y arte (de nuevo, si las tienen.
Ya me dare el tiempo de verla.